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Control de plagas integrado

PROBLEMA: Pesticidas convencionales

Décadas después de que el DDT fuera prohibido en los Estados Unidos y en la mayor parte del mundo, aún se detectaba en los pingüinos de la Antártida, a miles de kilómetros  de donde fue usado.1 ¿Cree usted que los pesticidas que rocía en su jardín se quedan fuera de su hogar? Cualquier cosa que rocíe para matar insectos o maleza también entra en su casa, y la concentración del pesticida en el interior es mayor que en la tierra de afuera, incluso en granjas.2

Es entendible sentirse abrumado por la cantidad de plagas del hogar y el jardín, y si en su caso la infestación es particularmente intensa, podría parecer que la única solución sean cantidades masivas de repelente, o mejor aún, una “bomba” que dejará en su casa una nube de insecticida. Y es cierto que después de aplicar estos métodos, encontrará docenas de organismos muertos en su propiedad. Cuando se trata de maleza, se sentirá tentado a comprar una solución embotellada, en vez de hincarse en el suelo y recogerlos, pero dichas sustancias químicas pueden ser perjudiciales de forma que no siempre es posible predecir.

Cuando comenzó a usarse el DDT, fue considerado como un pesticida “milagroso” que eliminaba virtualmente cualquier organismo que dañara las cosechas. Sin embargo, después se descubrió que el DDT (y sus parientes DDE y DDD, que es en lo que se descompone el DDT en el ambiente) no desaparecía después de eliminar a los insectos indeseables. Este pesticida es particularmente persistente en el entorno, y se queda en el suelo. Cuando el pesticida va a dar a un cuerpo de agua, a ríos y lagos, se acumula en el organismo de los peces que después sirven de alimento a aves como el pelicano marrón, el halcón peregrino y el águila calva. Cuando una tonelada de peces contaminados se convierte en 100 kilos de aves marinas, no se pierde ninguna de las toxinas, sino que se concentran más, fenómeno conocido como bioconcentración.3 Cuando estas aves son expuestas a altos niveles de DDT en su dieta, no mueren en el momento, pero ponen huevos de cascarón tan delgado que las crías no tienen oportunidad de desarrollarse completamente antes de que el huevo se abra.

A pesar de que el DDT ha sido prohibido en gran parte del mundo, sus efectos demuestran el peligro de usar toxinas para acabar con una plaga sin pensar en las posibles repercusiones. Si usted rocía pesticidas, dentro o fuera, terminará respirando las mismas toxinas que usa para matar a otros organismos.

La EPA ha descubierto que los piretroides, uno de los tipos de  insecticidas sintéticos más populares en el mercado hoy en día, pueden tener repercusiones en el sistema inmunológico de los niños4 y ser neurotóxicos durante el desarrollo.5 ¿Vale la pena correr el riesgo por el jardín?

En la década de 1940, los granjeros en Estados Unidos perdieron el siete por ciento de sus cosechas por las plagas; desde los ochenta, han perdido el 13 por ciento, a pesar de que usan más pesticidas que nunca.6 Esto se debe a que las personas que utilizan pesticidas involuntariamente presionan a las plagas y se producen selecciones artificiales; las únicas plagas que sobreviven al rocío son aquéllas con mutaciones que las mantienen con vida, y la siguiente generación estará compuesta, en gran medida, de esas resistentes plagas.

De modo que si los pesticidas y herbicidas son potencialmente peligrosos, y a largo plazo poco efectivos, ¿cuál es la alternativa?